Muy sencillo: Nos aplicamos nuestro contorno de ojos y vamos realizando el suave masaje en el contorno de los ojos, tanto por la parte de la ojera como por la parte superior del ojo sin tocar en el globo ocular. El masaje dura 30 segundos y el aparato hace un cambio en la vibración cuando ese tiempo ha transcurrido. 

Ya sabéis que soy una persona que se cuida y que dedica tiempo a su rutina facial. Y en principio pensé "si imita un masaje que podríamos dar con los dedos, el aparato es prescindible" y luego me di cuenta de que NUNCA en mi vida había dedicado 30 segundos a masajear la zona de la ojera. El IRIS ha sido la excusa perfecta para dedicarle una atención de la que antes no disfrutaba a la delicada piel de la zona de la ojera. Aparte de que ningún masaje de dedos va a conseguir nunca la vibración de este aparatito y por tanto la activación del drenaje y el riego. 

Personalmente me resulta una sensación placentera. 

Obviamente, funciona: Desde el punto y hora que dedicamos un ratito a masajear la zona ya estamos obteniendo un drenaje que he notado desde el primer día. Las ojeras y la inflamación propia de las mañanas desaparece mucho antes de lo habitual. Además, al provocar esa activación de la circulación, es lógico que los principios activos de los contornos de ojos penetren mejor y hagan más efecto. 

Lo he notado mucho, tengo la zona menos inflamada, tengo menos ojeras y la tengo más luminosa. 

Es cierto que no es un aparato económico, pero es un excelente aliado para las que estamos en la treintena empezando a notar esas primeras lineas de expresión.